Opinión / Off
Opinión / Off
Juan Alberto de la Torre
UN SUEÑO DENTRO DE UN SUEÑO
Apuntes dispersos acerca de una filmoteca fantacientífica imaginaria a partir de DUNE de Jodorowsky.
UN SUEÑO DENTRO DE UN SUEÑO
Apuntes dispersos acerca de una filmoteca fantacientífica imaginaria a partir de DUNE de Jodorowsky.
FILMTROPÍA
web de difusión cultural (más o menos)
“Casablanca” y “Tener o no Tener”: dos dramas de guerra, una misma mujer fatal y Humphrey Bogart
Dos clásicos del cine negro, “Casablanca” y “Tener o no Tener”, comparten héroes cínicos, damas fatales y diálogos afilados en una era de sombras y luces.
Vicent Rocafort
"Casablanca" vs. "Tener o no Tener"
Hablar de “Casablanca” y “Tener o no Tener” es como hablar de dos hermanos que comparten los mismos genes, pero no el mismo carácter. Si el primero es el chico bueno que se lleva el diploma de la academia, el segundo es el hermano rebelde que se fuma un cigarrillo en la esquina de un bar de mala muerte. Ambas películas, dirigidas por maestros del cine clásico como Michael Curtiz y Howard Hawks, respectivamente, son hijas de una misma época, marcadas por el estruendo de la Segunda Guerra Mundial y el humo de los cigarros de Humphrey Bogart. Pero mientras que "Casablanca" nos invita a soñar con el sacrificio heroico, "Tener o no Tener" nos seduce con la ironía, el humor seco y un romance chispeante.
De París a Martinica, pasando por los sueños rotos
“Casablanca” nos sitúa en el exótico y cargado de neones Marruecos, un lugar de paso para refugiados, espías y personajes de dudosa procedencia que esperan desesperadamente una salida hacia la libertad. En cambio, “Tener o no Tener” nos traslada a la calurosa Martinica, donde la resistencia francesa y un grupo de rebeldes locales se entremezclan en un juego de gatos y ratones con las fuerzas de Vichy. Pero más allá de sus diferencias geográficas, ambos lugares son trampas para el alma; escenarios donde nuestros protagonistas, Rick Blaine y Harry Morgan, se mueven con la misma elegancia cínica y el mismo desprecio por la autoridad.
Un Bogart, dos tonos
Ah, Humphrey Bogart, el tipo duro de mirada torcida y corazón escondido. En “Casablanca”, es Rick Blaine, el cínico propietario de un café que declara que no se mezcla con causas ajenas… hasta que se mezcla. Es un hombre con un pasado doloroso, marcado por un amor perdido en París que reaparece para complicarlo todo. Mientras, en “Tener o no Tener”, Bogart es Harry Morgan, un capitán de barco con el mismo aire de perro callejero y la misma habilidad para parecer indiferente ante los problemas ajenos… hasta que los problemas se presentan con piernas largas y cigarrillos en la boca.
La diferencia es que Rick, a pesar de su cinismo, es un romántico encubierto. Sus ojos tristes miran al horizonte buscando redención. Harry, por otro lado, se ríe de la redención; su único objetivo es sobrevivir, y si en el proceso puede conseguir una copa y una chica, mucho mejor. En este sentido, Hawks es menos sentimental que Curtiz, y Morgan es más pragmático que Blaine.
Una mujer, dos nombres
Ingrid Bergman echa chispas como Ilsa Lund en “Casablanca”, la mujer cuyo recuerdo atormenta a Rick y que aparece para pedirle lo imposible: elegir entre ella y su deber patriótico. En “Tener o no Tener”, la misteriosa y fascinante Lauren Bacall hace su debut como Marie Browning, alias "Slim". Bacall no es tan etérea como Bergman; su personaje está lleno de agudeza, de respuestas rápidas y un coqueteo descarado que sube la temperatura de la pantalla sin necesidad de besos prolongados. Mientras Ilsa es un ideal romántico, Marie es el desafío, la chispa que incendia el alma de Harry. Y mientras Bergman inspira melodrama, Bacall inspira diálogos afilados y cócteles a medianoche.
Dos filosofías, una sola pluma afilada
Ambas películas disfrutan de un guion sólido, pero mientras “Casablanca” se apoya en líneas memorables como “Siempre nos quedará París” o “Tócala de nuevo, Sam” —frases que han sido grabadas a fuego en el corazón del cine—, “Tener o no Tener” presume de algunos de los intercambios más sexys y maliciosos de la historia del cine. Quién puede olvidar el momento en que Bacall, con una voz profunda, le dice a Bogart: “Sabes cómo silbar, ¿no? Solo juntas los labios y soplas”. Hawks, con su ojo sarcástico, prefiere la ambigüedad y el doble sentido sobre la declaración romántica.
El sacrificio frente a la supervivencia
En definitiva, “Casablanca” y “Tener o no Tener” son dos caras de la misma moneda: el drama de la guerra y la supervivencia. Mientras que Curtiz nos invita a llorar por lo que se pierde en el amor y la guerra, Hawks nos reta a reírnos y a seguir adelante, con un cigarrillo en la mano y una réplica lista en la boca. Así que, entre la melodía de "As Time Goes By" y el silbido de Bacall, queda claro que, ya sea en Casablanca o en Martinica, siempre es mejor tener que no tener.