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Luis R. González

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Reinaldo Manso, ¿el único ufólogo y aficionado a la ciencia ficción sobre la Tierra que no ha visto ninguna de las películas de la saga ALIEN?

Y a mucha honra.

Para empezar, defiendo que Alien NO es ciencia ficción. Por muchos ropajes espaciales que le pongan, mona (y horrorosa) se queda. Es una simple película de terror ambientada en un lugar cerrado, como tantas otras antes y después. Y como en casi todas ellas, el monstruo no se ve claramente hasta el final. Admito que el detalle de que la chica no sea ni rubia ni tonta le aporta cierta originalidad, pero poco más. Vale que, en las secuelas y precuelas posteriores, el elemento de ciencia ficción pueda haber sido más elaborado, pero por las críticas que he leído sobre Prometheus y Covenant, parece que la ciencia y la razón son casi inexistentes.

Sí, reconozco que los diseños de Giger y Moebius son atractivos, pero en la vida es recomendable buscar siempre algo más que una bella envoltura.

¿Qué decir del xenomorfo? ¿Puede existir alienígena más ridículo? Detalles como esa enorme cola esquelética, esas mandíbulas retráctiles del adulto dentro de una boca ya de por sí bien surtida de dientes, o la necesidad de implantar sus huevos en otras especies alienígenas para sobrevivir, pero carecer de cualquier tecnología para el viaje interestelar, revelan que se concibió solamente como algo capaz de dar miedo, mucho miedo. Dado su enorme cráneo tubular, uno esperaría algo más de inteligencia…

Aunque, si se considera el ciclo vital propuesto por sus creadores, no podía ser de otra manera. Nace de un huevo tráslucido y envuelto en babas, se convierte en un “abrazacaras” arácnido de sangre corrosiva que necesita practicar el sexo oral con sus víctimas humanas hasta impregnarlas y aprovechar sus vísceras para acabar explotando en su interior y emerger como un sanguinolento falo, que huye como alma que lleva el diablo, y termina por crecer a supervelocidad hasta un estado adulto verdaderamente demoníaco. Todo un compendio de lo asqueroso y repugnante, pero muy poco coherente como biología extraterrestre.

Debo reconocer, sin embargo, que ni siquiera yo he podido esquivar algunos roces con el xenomorfo y su progenie aunque, hasta el momento, he conseguido evitar que me impregne con el más mínimo interés por su historia.

Para empezar, su nombre es tan poco específico que me dificulta grandemente el uso de los motores de búsqueda en Internet para mis búsquedas ufológicas. Cada vez que utilizó la etiqueta “alien” para surfear en Internet, tengo que desbrozar las innumerables referencias a la saga de películas en sus múltiples reencarnaciones.

Como ufólogo escéptico experto en abducciones que soy (cuña publicitaria para mi libro, Las abducciones, ¡vaya timo!), siempre ando a la búsqueda de antecedentes culturales para los detalles descritos por los abducidos. Desde que Betty Andreasson contase en 1977 que los secuestradores entraron en su hogar atravesando la puerta, muchos otros han descrito como estos alienígenas son capaces de atravesar paredes, incluso llevándose con ellos a sus víctimas humanas. Por ello, no pudo menos que captar mi atención una de las historias escritas por A.E. van Vogt en su novela de ciencia ficción de 1950, El viaje del Beagle espacial.

Al igual que hizo Darwin en el Beagle original, esta nave espacial se encuentra en una misión científica de exploración de nuevos mundos (como años más tarde haría el Entreprise). En su tercera misión, “Discord in Scarlet” (publicada anteriormente como relato de portada en la revista Astounding de Diciembre de 1939), los exploradores se tropiezan con el Ixtl, una criatura de color escarlata flotando en el espacio profundo. El ser escapa por la nave y secuestra a varios miembros de la tripulación para implantarles sus propios huevos con intención de reproducirse. Para lograr sus propósitos tiene la inestimable capacidad de ser capaz de atravesar las mamparas de la nave, junto con sus capturas.

A primera (y a segunda) vista, este alienígena y sus actividades parecen haber sido una clara inspiración de la película Alien, pero como todos los participantes en la misma lo niegan y Van Vogt logró un acuerdo extrajudicial con la productora, no me atreveré a hablar de plagio.

 

Fue también mi interés por examinar los tebeos de todo el mundo a la caza de platillos y alienígenas el que me llevó a descubrir la versión en viñetas de la película original, realizada por Walter Simonson y Archie Goodwin, y publicada en el Heavy Metal norteamericano en junio de 1979 (en España, apareció publicado por entregas a partir de octubre de ese mismo año, en el tebeo de Bruguera Zas!).

Desde entonces, las franquicias sólo han empeorado la situación:

(1995)

(1997)

(2003)

(2015)

(2017) -Cancelado

El trabajo de un escéptico ufólogo (tanto monta, monta tanto) es muy duro y sacrificado; al menos, para aquellos que no hemos logrado el éxito comercial (Otra cuña: compren UMMO, historia de una obsesión). En ocasiones nos exige sumergirnos en los aspectos más sórdidos de la cultura moderna, especialmente exacerbados con las facilidades que ofrece Internet. Es por esos callejones oscuros donde tuve ocasión de volver a encontrarme con el xenomorfo. La causa me reclama que pase demasiadas horas a la búsqueda de alienígenas en lugares a primera vista insólitos, como podrían parecer la pornografía para adultos, tanto gráfica como fílmica.

Y sí, aunque ya existe una versión porno de E.T. el extraterrestre, y hasta una actriz erótica conocida como Aletta Alien, aún no se ha filmado una versión “triple XXX” de nuestra saga. Todo se andará…  

Desde mediados de los años setenta, la utilización erótica y luego pornográfica del fenómeno ovni es abundante, para mi sorpresa y satisfacción (relativas). Naturalmente, algunas de las criaturas que buscan aprovecharse de nuestras mujeres parecen inspiradas en la criatura creada por Ginger. Sin embargo, resulta curioso que, a diferencia del original que tanto le daba al pelo como a la pluma, estos miembros de su progenie tienen especial predilección por el sexo femenino. A juzgar por el auge actual de la pornografía homosexual, no creo que su rechazo a las diversas formas alternativas de sexualidad dure demasiado.

Ni siquiera en mi otra afición, el coleccionismo de sellos (eso sí, de tema espacial), he podido escapar a las garras del xenomorfo. Les presento a continuación un par de ejemplos:

Hojita bloque puesta en circulación por los servicios filatélicos del país africano de TOGO en 1994

Hojita bloque puesta en circulación por los servicios filatélicos del país africano de TOGO en 1994

Sobre primer día, emitido el 15 de junio de 2002, por la república federal rusa de Komi, situada al noroeste del país. Forma parte de una serie dedicada al fenómeno OVNI, como evidencia clara de lo molesto que puede ser este bicho.

Concluyendo. Puestos a elegir, yo prefiero Predator.

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