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Bastard Movies

B. Saenz de Heredia

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estas películas se compone de merdellones con la virilidad fusilando zares, amen de de pobres y flipados pajilleros

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ALIENS VS. PREDATOR 2. Reseña inédita en

Bastard Movies.

Si creían, bastardos/as amigos/as, que lo que había hecho Paul W.S. Anderson (un experto en cargarse videojuegos cercano en maestría a Uwe Boll) con “Alien VS Predator” era un crimen contra la humanidad, es que no han visto todavía lo que han hecho los hermanos Colin y Greg Strause con su secuela, que se subtitula “Réquiem” (réquiem por otra saga que se va a la mierda). Los masocas comentaristas de Bastard Movies tiramos más de 6 euros a la basura en su momento para traeros este despropósito. Líbrense de ella, ustedes que pueden.

            La “cosa” empieza en donde se quedó la primera entrega, en la nave de los Depredadores, donde, del cuerpo del Depredador que murió en aquella, sale un Pred-Alien, es decir: la bestia parda que va a suponer la única novedad de la película. ¿Recuerdan “Parque Jurásico III”? Para sorprender al exigente público palomitero lo único que sus artífices hicieron fue meter en la “trama” a un dinosaurio más grande que los de las dos partes anteriores. Pues aquí igual: tomen ustedes Pred-Alien, que es más grande, más feo y más chulo y que se ventila él solito a todos los Depredadores de la nave para terminar estrellándola contra la Tierra.

            Empieza la fiesta de la vergüenza. En el planeta de los Depredadores, uno de ellos es avisado y parte hacia el nuestro. Mi pregunta es la siguiente ahora: ¿Por qué diablos sólo viene uno??????????????????? En la anterior entrega había tres y casi no pudieron contra una Reina Alien (hasta les tuvo que ayudar una humana), y para colmo murieron. ¿No es lógico que habiendo un Pred-Alien, el último grito en armas de destrucción masiva biológicas, envíen a más de uno? Expediente X. Pero no se vayan, que quedan más chorradas: el Depredador es tan precavido que llega desarmado a la Tierra y coge el arsenal que había en los restos de la nave. Y digo yo, ¿y si cuando llega no encuentra nada o lo que encuentra está roto qué hace? ¿Matar a los Aliens hablándoles de trabajo y de vivienda?

            En fin: seguimos con el despropósito. En el bosque en el que la nave cae, un padre cazador y su hijo son incubados por las arañas y ya empiezan a salir los primeros Aliens. Pasamos seguidamente a observar otro tipo de vida igualmente letal: la de la pequeña ciudad de la Norteamérica profunda, en donde se van presentando a los hondos protagonistas de esta “Scream Extraterrestre”: el sheriff bueno, el viejo ladrón en busca de redención, la mujer militar y el joven problemático que está enamorado de la guarrona de su compañera de clase, que está muy buena y que es muy tonta la pobre pero que juega con él permitiendo que su guapo novio le de una paliza de buen rollo para ir ella después de comprensiva y de buena amiga. En “Aliens vs. Predator 2” tenemos un protagonismo coral digno de “Teen Wolf”.

            Dicho esto, vamos ahora con la invasión: todo comienza cuando precisamente la tonta buenorra y el tontaco del joven problemático están en la piscina del instituto por la noche. La buenorra, como es de esperar, se baña con un sujetador negro y con un minúsculo bañador apretadísimo. No hay que olvidar que una gran parte del público de estas películas se compone de merdellones con la virilidad fusilando zares, amen de de pobres y flipados pajilleros, y hay que contentarlos a todos. Los Aliens, liderados por el Pred-Alien, los sorprenden en la piscina y se cepillan a los amigos del novio cabrón de la buenorra, que habían venido con ellos a dar por saco. Los tres supervivientes salen por patas y terminan en una tienda de armas con el sheriff, con el viejo convicto y con la mujer militar. Les acompañan además dos dependientes anodinos de aspecto chicano que hacen chistes tontos. ¿Adivinan quien va a morir??????????? No hay duda: les atacan y todos escapan menos esos dos monigotes y el novio cabrón.

            Mientras, el Pred-Alien ha roto una alcantarilla para salir a las calles de la ciudad y, como nadie lo ha escuchado abrir la enorme grieta que ha abierto en el suelo, se esconde en una cafetería, en donde siembra el pánico. El Depredador lo persigue con saña pero, en su camino, va eliminando todo resto de muerto que haya tenido contacto con alienígenas para que los humanos no sospechen nada. Claro que, antes, ha despellejado a un policía y lo ha dejado colgado en medio del bosque y a la vista de todos. Hablamos de un guión elaborado.

            La peli termina en un hospital, en donde el Pred-Alien crea más Aliens tras “poner su semilla” en un grupo de embarazadas. Así, incuba bichos tanto en las madres como en los hijos. Es un gran plan porque en la ciudad, una de las más fértiles del mundo, todas las mujeres tienen de trillizos para arriba, así que imagínense lo que se tiene que dejar cada año el Ayuntamiento en subvenciones, en ayudas a la familia y en pagas extra. Después de estos partos masivos, el Depredador y el Pred-Alien se lían a romperse los morros mientras los protas escapan en un helicóptero.

            Hay que señalar que un tío con perilla se ha unido a ellos de camino al hospital y ha muerto estúpidamente como merienda alien nada más entrar. Claro, ya quedan pocos personajes y los que quedan son imprescindibles, así que hay que meter más carnaza para que la palme de manera absurda.

Antes de la huida, también muere la tía buenorra, de manera igualmente absurda pero con una intención: que el prota se enfade y se lance contra el Pred-Alien como un vikingo en celo. Por supuesto, el Pred-Alien lo atraviesa con su cola, pero, misteriosamente, él sobrevive para largarse tan pancho.

            Al final de la película los militares bombardean la ciudad pero los protagonistas han escapado y la hija pequeña y gritona de la mujer militar (que lo único que ha hecho ha sido pilotar el helicóptero) hace la pregunta odiosa y ñoña de turno: “¿Mamá, se han ido ya los monstruos?

            Sentimos decir que su mamá, que le responde que sí, está muy equivocada: por el desenlace de la película podemos ver que vamos a tener “Aliens vs. Predator” para rato y que ya algún director videoclipero está incubando en su estómago la continuación de esta bazofia.

Bastard Movies” (Gasmask Editores) es un libro de reseñas de cine absolutamente terroristas donde cuatro críticos anónimos arremeten sin compasión contra parte de la hez que nos ha brindado el séptimo arte a lo largo de la historia. Se trata de un muestrario de superhéroes con pijamas lamentables, vampiros a los que se les caen los dientes de goma, bodrios históricos con efectos digitales que no son mejores que el más abyecto “péplum” e incluso porno de baratillo protagonizado por estrellas caídas en desgracia.

            Se ríen del peor cine español, de las películas de acción más aburridas y del cine erótico menos excitante por igual, con la misma mala baba y ansias de destrucción. Consúmase con moderación y bajo su responsabilidad.

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